martes, 15 de abril de 2008

EL SONIDO DEL SILENCIO

“Una imagen vale más que mil palabras”. No hay frase que enerve más a un técnico de sonido. Y a pesar de ser como son (el tema de los técnicos de sonido merece una entrada a parte), creo que llevan parte de razón. En cualquier producto audiovisual, tanto la imagen como el sonido tienen un peso esencial en el resultado final, y más que verlos como enemigos, hay que entenderlos como compañeros complementarios que otorgan al conjunto su valor real. El uno sin el otro no serían nada. Y esta ha sido desde el primer momento nuestra apuesta. Y más en este corto, donde sin duda, el sonido tiene un papel más que protagonista en toda la historia.

Es por ello que le hemos dedicado un gran esfuerzo a crear una banda sonora que potenciara la narración visual. Esfuerzo que se inició ya en la captación del sonido en directo, donde nos encontramos con multitud de problemas que muy eficazmente solventaron como buenamente pudieron Sergi, Ramón y Gerard. Es alucinante cómo el más mínimo ruido que se cuela puede arruinar una toma. Incluso tuvimos que inventarnos caseros amortiguadores de ruidos para poder grabar sonido de algunos planos.




De esta guisa se tuvo que ver Ramón para que al caminar mientras seguía el movimiento de un personaje sus pasos no se colasen. Así que si por chorradas de este tipo las pasábamos putas, imaginaos como debía ser rodar al lado de una carretera nacional de un pueblo de costa en pleno verano (espera, que ahora pasa un coche; espera, que ahora es una moto; vale, rodando que ahora… ahora… ahora, ¡me cago en la leche!, corta, que pasa una ambulancia).

Teniendo en cuenta que el sonido ambiente de nuestra historia debía ser básicamente el de un silencio inquietante, se hacía difícil pensar en cómo íbamos a lograr eliminar semejante estruendo sonoro. Pues señores, yo todavía estoy flipando por cómo es posible que todos los ruidos provocados por coches, ambulancias y gente que pasaron por delante del rodaje en su día se hayan esfumado de la banda sonora final. Gracias al arte de Sergi al mando de un milagroso software de postproducción de audio llamado Nuendo, no sólo consiguió lo imposible, sino que creó el silencio inquietante que buscábamos, un silencio que suena, un silencio que se deja oír, que está presente y que confiere al espacio en el que transcurre la historia su propia personalidad sonora. El sonido del silencio.


(Continúa en BANDA SONORA ORIGINAL)
(Viene de EL ETALONAJE)

0 comentarios:


Template by - Abdul Munir