miércoles, 11 de febrero de 2009

“1, 2, 3...“ EN CLERMONT-FERRAND (II): Primeras impresiones

El jueves amaneció claro, limpio y con un frío menor de lo esperado. Armados con un mochilote repleto de gadgets varios, nos dispusimos a asaltar Clermont, Ferrand y todo lo que hubiese por delante, no sin antes meternos un par de típicos croissants franceses (aunque ya no son como los de antes). Con las migas aún en la barbilla, nos fuimos directos a la recepción del Festival, donde recogimos nuestras acreditaciones (muy profesional aquello, no os penséis, que porque sea un Festival de cortos no va a tener acreditaciones), así como una mochila con papeles miles de propaganda de tantos otros como nosotros.

Tras convencer a Marc, nos hicimos una foto para la base de datos del Festival, y para que ésta fuera colgada en un inmenso panel con los caretos de todos los que por allí andábamos. De esa manera, si alguien quería hablar con una persona en concreto sólo tenía que acudir a aquel inmenso Quien es Quien y buscar a su objetivo. Así nos teníais que ver a nosotros mirándole el careto a cualquiera con quien nos cruzásemos. Lamentablemente, nadie nos miraba a nosotros.



A continuación, nos dirigimos a un inmenso casillero (pigeonhole le llaman ellos) donde todos los acreditados tiene una casilla para enviar y recibir mensajes, citas, DVD’s… Por curiosidad, se nos ocurrió preguntar si teníamos algo en el nuestro (723): ¡petao, estaba petao! Repleto de panfletos de Festivales, algún que otro DVD de gente de otros cortos, algún que otro mensaje… Para flipar. Miramos todos detenidamente y tras clasificar el 95% como propaganda variada, respondimos al 5% que parecía interesante.

Tras aquel primer shock, nos fuimos para la sede del Mercado. Para que os hagáis una idea, se trataba de un pabellón polideportivo, cuya pista estaba repleta de stands de cualquier empresa especializada en el mundo del corto: distribuidores, festivales, agencias estatales de promoción audiovisual, televisiones, Internet, video bajo demanda… Además, sala de prensa, una videoteca inmensa para mirar el inmenso catálogo del mercado ( más de 3000 cortos), y una zona de reuniones en un practicable montado sobre las gradas del pabellón. Y todo lleno de peña a saco.



Así que asustados por la magnitud de la tragedia, intentamos centrarnos un pelín, y nada mejor que acudir al stand español, donde nos esperaba Cata Massana, la responsable de Catalan Films en Clermont, y la principal culpable de que nosotros estuviéramos allí. Así nos situábamos un poquito y podíamos empezar a organizarnos. Y es que teníamos muchas cosas por hacer…

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