Desangelado. Ese era el aspecto que tenía el Mercado la mañana del viernes. El jueves ya nos avisaron que este año, por el rollo crisis y tal, había bajado mucho la asistencia, y que con toda probabilidad el viernes sería un día de bajón total. Pero el aspecto del pabellón era mucho peor: stands en pleno desmontaje, paquetes a medio hacer por todos lados, silencio en vez de bullicio, y espacio, mucho espacio para pasear. Muy distinto a la efervescencia del día anterior.
Atónitos ante el vacío de día que nos quedaba por delante, Marc y yo decidimos ir a dar un paseo por la ciudad, para ver si a la vuelta el ambiente había mejorado. Mientras, nos empezamos a plantear muy seriamente la posibilidad de volver ese mismo día a casa, ante la perspectiva que se nos presentaba. El paseo matutino transcurrió entre un cielo azul despejado y una temperatura muy agradable, recorriendo las calles del casco antiguo.
Ya de regreso al mercado, vaciamos una vez más nuestro casillero e intentamos encontrar nuestra foto en el Quien es Quien (creo que pasaron de nosotros y ni la colgaron). También nos dejamos caer de nuevo por el Mercado, con la suerte de poder charlar con otro enviado de una distribuidora nacional y con un par más de Festivales. Consultamos el mail, donde comprobamos el interés de una distribuidora nórdica por adquirir el corto, hicimos cuatro fotos de lo que quedaba de Mercado, y finalmente, y tras comprobar fehacientemente la escasa utilidad de nuestra presencia allí, decidimos volver a casa. Comenzaba el camino de vuelta.
Atónitos ante el vacío de día que nos quedaba por delante, Marc y yo decidimos ir a dar un paseo por la ciudad, para ver si a la vuelta el ambiente había mejorado. Mientras, nos empezamos a plantear muy seriamente la posibilidad de volver ese mismo día a casa, ante la perspectiva que se nos presentaba. El paseo matutino transcurrió entre un cielo azul despejado y una temperatura muy agradable, recorriendo las calles del casco antiguo.
Ya de regreso al mercado, vaciamos una vez más nuestro casillero e intentamos encontrar nuestra foto en el Quien es Quien (creo que pasaron de nosotros y ni la colgaron). También nos dejamos caer de nuevo por el Mercado, con la suerte de poder charlar con otro enviado de una distribuidora nacional y con un par más de Festivales. Consultamos el mail, donde comprobamos el interés de una distribuidora nórdica por adquirir el corto, hicimos cuatro fotos de lo que quedaba de Mercado, y finalmente, y tras comprobar fehacientemente la escasa utilidad de nuestra presencia allí, decidimos volver a casa. Comenzaba el camino de vuelta.
0 comentarios:
Publicar un comentario